Llagpaeiyu es una novedosa experiencia educativa formada por los profesores Alejandra Concha e Ignacio Carrasco, basada en la “Pedagogía del Bienestar”, que busca reencantar el aprendizaje a través del compartir. En Blanco Recoleta encontró un lugar idóneo para desarrollar sus actividades pedagógicas y recreativas con cerca de 30 niños, niñas, adolescentes y jóvenes.

Llagpaeiyu no es una palabra cualquiera. Es un brindis, un saludo que se ocupa en momentos especiales para decirse, en mapundungún, “vengo a compartir contigo aquí”. Es el fiel reflejo de una nueva forma de enseñar que caracteriza a la “Pedagogía del Bienestar”, basada en el compartir y en la reconexión entre las personas, que lidera esta escuela instalada a partir de febrero de 2022 en Blanco Recoleta.

Este proyecto, es la culminación de la experiencia de 20 años en educación –que nació por el interés en el método Montessori– de Ignacio Carrasco, pedagogo, profesor de matemática y física e ingeniero eléctrico. En 2020, junto a la profesora de historia Alejandra Concha, decidieron formar este innovador espacio educativo.

“Tomamos los fundamentos del doctor Humberto Maturana de la biología del conocimiento. Nuestro enfoque tiene que ver con salirnos de la relación vertical tan propia de la escolaridad tradicional. Hemos demostrado que es posible finalizar una educación completa sin nunca haber obligado en nada”, comenta Ignacio Carrasco.

Se trata de un espacio educativo alternativo a la escuela convencional, que funciona sobre pilares como la autonomía y bajo el concepto de “preparar para la vida”. Su trabajo se basa en dos grupos presenciales que reúnen a un total de 30 alumnos en Blanco Recoleta: Ruka Mapu, para niñ@s entre 6 y 12 años, encabezado por Alejandra; y Yachay Kimün, para adolescentes y jóvenes entre 12 y 19 años, dirigido por Ignacio.

“Somos un espacio que no califica con notas. Promovemos con nuestras familias que los niñ@s se aproximen al conocimiento sin presión ni expectativas, solo desde el genuino deseo de querer conocer el entorno que los rodea, ofreciendo experiencias enriquecedoras”, explica Alejandra.

¿Cómo nació la idea de Llagpaeiyu?

Me formé (Ignacio) con el doctor Maturana y conocí la Escuela Matríztica. Me di cuenta de que el problema cultural era demasiado fuerte y que no iba a poder llevar a cabo una experimentación como yo la estaba imaginando y soñando si no tenía un espacio propio. Tras un período de incubación de la idea, ese espacio lo pude desarrollar entre los años 2010 y 2019 en un colegio, con una propuesta pedagógica llamada la Pedagogía del Bienestar. Llagpaeiyu es la tercera etapa de esta idea y la organización propicia para salir a contar toda esta experiencia.

¿Qué es la Pedagogía del Bienestar?

Es una mirada renovada de la educación, en donde se invita a reencontrarnos con lo natural del aprender y del compartir, dejando a un lado las amarras de la cultura patriarcal, en el entendido de que el patriarcado como cultura no nos hace bien en la desconfianza, la verticalidad y las relaciones de dominación. La Pedagogía del Bienestar muestra que es posible salir de ahí. La confianza y el amor son muy propios de la naturaleza humana y eso se puede vivir en la educación.

¿Cómo es un día normal en Llagpaeiyu?

Nuestro horario es desde las 8:30 hasta las 13:30, aproximadamente. Llegamos y nos reunimos cada mañana para tener un encuentro, que se efectúa en un círculo. En ese espacio nos contamos cómo llegamos y lo que trae de novedoso la semana en actividades. Nos levantamos de ese espacio, que puede durar entre 30 y 45 minutos, habiendo definido qué propósitos individuales vamos a abordar durante la mañana, si es que la vamos a pasar en el salón, ya que salimos bastante a terreno. El espacio está enriquecido con diferentes materiales y propuestas para que cada uno desarrolle sus propios intereses. También se pueden realizar invitaciones específicas a algunos niñ@s que estén más bien dando vueltas sin saber qué hacer.

Después salimos al patio y volvemos a efectuar trabajos de salón, que se refieren a cómo nos hacemos cargo del ambiente. Los niñ@s cumplen algunas funciones como regar las plantas, aspirar el suelo y realizar otras labores prácticas, para luego irnos a almorzar. Hay una dupla que se encarga de preparar la colación para todo el grupo durante toda una semana y hay otra destinada a calentar los almuerzos. Después de lavarnos los dientes y jugar un último rato, nos vamos.

¿Qué importancia tiene el trabajo online para ustedes?

El 23 de marzo de 2020, apenas empezada la pandemia, nos fuimos a la enseñanza online. Utilizamos Google Suite y su herramienta Classroom. Pero, además, usamos otras plataformas como Khan Academy en matemática y ciencias.

Para nosotros, la educación online tiene un tremendo potencial. Al principio de la pandemia, nunca les exigíamos a los niñ@s más de una hora al día frente a la pantalla, pero ese rato lo aprovechábamos al máximo. De a poco hemos ido sumando tiempo en la medida en que hemos visto en que cada hora que usamos es muy efectiva. Llegamos incluso a hacer yincanas online y lo pasamos genial.

El grupo Ruka Mapu tiene clases presenciales de lunes a jueves y online los viernes, donde hay un espacio de conversación, otro de cocina y otro de matemática. Y en el Yachay Kimün tienen clases presenciales de martes a viernes hasta las 13:00 horas, con clases temáticas online durante las tardes y los días lunes.

Actualmente, trabajamos en un modo 50% presencial y 50% online, lo que nos ha permitido trabajar con jóvenes de distintas partes del país. Es la culminación de una apuesta educativa en donde promovemos mucho el contacto con el territorio, las personas y las comunidades, y donde usamos la tecnología como un agente para desarrollar materias como matemática, lenguaje, ciencias, historia, física e inglés.

Blanco Recoleta: Un entorno diverso, nutrido y vanguardista

¿Por qué decidieron instalarse en Blanco Recoleta?

En 2021 habíamos hecho algunas clases online desde aquí, intentando separar la oficina de la casa. A partir de ahí quedó la posibilidad de hacer algunas cosas juntos y propusimos traer la Escuela a Blanco Recoleta. Esta fue la culminación de un momento en donde logramos conciliar la propuesta pedagógica que queríamos mostrar.

¿Cómo evalúan la experiencia de estar acá?

Está muy enriquecida de un entorno diverso, nutrido y de vanguardia, donde nos toca interactuar con otras organizaciones que mejoran nuestra actividad pedagógica. También hemos integrado otros espacios, como el Parque de la Infancia, a nuestra actividad cotidiana. Trabajamos en Blanco Recoleta como un espacio de prototipo, desde donde estamos transfiriendo nuestra experiencia a distintos lugares, nutrirnos y colaborar con otras experiencias para transformar la educación a todo nivel, especialmente en la educación pública. Estar acá significa poner la Pedagogía del Bienestar al servicio de un cambio mayor.

¿Cuáles son las fortalezas de Blanco Recoleta?

La diversidad y vanguardia de las cosas que pasan en este lugar. Además, su infraestructura permite que realicemos actividades como yoga o talleres de cueca. La ubicación, cercana a estaciones de Metro, ofrece gran conectividad. Todo eso permite que un espacio innovador como el nuestro pueda desarrollarse.

¿Tienen algún proyecto que quieran realizar?

Este primer semestre fue de situarnos en Blanco Recoleta. Nuestra idea es poder conectarnos y trabajar juntos, por ejemplo, con Fundación Mustakis o Fundación Huella Local. Hay cosas muy bonitas que hemos conocido del entorno y en donde creemos que nuestro trabajo de experimentación puede nutrir y nutrirse.

PUBLICADO POR: ifblanco
  • COMPARTIR
Anterior