Instalados en Blanco Recoleta desde fines de 2020, Modulab y Reparalab son dos emprendimientos hermanos que nacieron con el objetivo de encontrar soluciones ambientales, sociales y sostenibles a la enorme cantidad de desechos que se generan día a día. Sus creadores, Pamela Castro y Felipe Ferrer, creen firmemente que a través del diseño y la revalorización de residuos difíciles o imposibles de reciclar es posible avanzar hacia un economía circular que cambiará el mundo.
De acuerdo a cifras del Banco Mundial se calcula que cada persona en América Latina y el Caribe genera casi un kilo de basura por día, es decir, unos 231 millones de toneladas de desechos anuales. Más de dos tercios de ellos se tiran en algún tipo de relleno sanitario haciendo imposible su gestión o revalorización.
Conversamos con Pamela Castro, cofundadora de Repararlab y Modulab, dos emprendimientos hermanos que buscan aportar una mirada diferente a la gestión de residuos abarcando las 3R de la Economía Circular: reciclaje, reutilización y reparación.
¿En qué consiste el trabajo que hacen en Modulab y en Reparalab?
Modulab, es una empresa que lleva 20 años en el mercado y que tiene como foco principal la Economía Circular. Trabajamos en dos áreas: el reciclaje y la reutilización, y para ello gestionamos recursos de diferentes industrias y los revalorizamos convirtiéndolos en productos nuevos.
Reparalab, en cambio, funciona de manera diferente. Nació hace cinco años como un programa especial desde donde queríamos abarcar la reparación. Para ello trabajamos junto al retail en una campaña a nivel nacional que se llama. Juguete x Juguete, en donde recolectamos todo tipo de juegos y juguetes que estén en buen estado, lo reparamos, limpiamos y sanitizamos, para posteriormente regalárselos a niños en riesgo social. Nuestro foco es ser un aporte a la sociedad a través de la dignificación de la donación.

¿Qué los motivó a emprender en el mercado de la Economía Circular y el Upcycling?
Como diseñadores sabíamos y conocíamos la cantidad de desperdicios y desechos que generaban en la fabricación de diferentes productos. Modulab nació con el objetivo de tratar de encontrar una solución ambiental y social a estos desperdicios. A través del diseño, gestionamos residuos de diferentes industrias y así creamos productos nuevos con materiales que de otra manera hubieran terminado en un vertedero.
Fue una empresa que costó mucho que partiera, ya que cuando empezamos no existían las redes sociales y prácticamente no existía mercado para productos como los que fabricamos. En esa búsqueda nos fuimos metiendo en foros relacionados al Medio Ambiente y a través de uno de ellos fuimos contactados por una periodista argentina que nos preguntó si podía publicar una nota nuestra en un sitio web en Estados Unidos. Al día siguiente recibimos una explosión de correos, mensajes y personas que querían comprar nuestros productos, lo que nos permitió tener la identidad para poder entrar a mercados que eran imposibles para una empresa chilena y tan pequeña. Después entramos a Inglaterra, Japón y Holanda entre otros. A Chile llegamos recién 11 años después.
¿Qué es lo que los mueve como organización?
En Modulab trabajamos con descartes que generan algún tipo de valor emotivo, con el fin de que los productos que desarrollamos traspasen la materialidad y se genere una conexión. Un ejemplo de ello es nuestra colección de bomberos On Fire, desde donde gestionamos y revalorizamos los uniformes, las mochilas y los zapatos que están en desuso y creamos nuevos productos, los cuales tienen un trasfondo único, cargado de historia y emoción.

En Reparalab, en cambio, nos mueve la reparación, la cual es la ‘R’ dentro del paraguas de la Economía Circular que menos se ha abordado y nos dimos cuenta de qué ahí había una oportunidad.
Blanco Recoleta: Relaciones que van más allá
¿Cómo nació la idea de instalarse en Blanco Recoleta?
Conocíamos a muchos amigos que tenían oficina acá y era un espacio que visitábamos a menudo. Nos llamaba mucho la atención la colaboración, la conexión y la sinergia que se generaba entre los distintos emprendedores, por lo que cuando tuvimos que irnos donde estábamos antes no dudamos en cambiarnos. Fue nuestra primera opción.

En tu opinión, ¿cuáles son principales ventajas, fortalezas y oportunidades de Blanco Recoleta?
Su principal fortaleza es que es un lugar que genera lazos y relaciones que van mucho más allá de compartir un espacio físico. Aquí hemos podido conocer lo que hacen los demás, pero también contar lo que hacemos y conocer gente nueva, que nos ha aportado mucho desde la conversación, la amistad y la colaboración. Ha sido muy enriquecedor estar aquí.
¿Cuentan con algún proyecto (en curso o en mente) que fomente la colaboración cruzada con otros emprendimientos de esta u otra plataforma colaborativa?
Actualmente estamos en conversaciones con la Fábrica de Medios, con quienes nos interesaría ver la posibilidad de grabar algunas cápsulas y tutoriales para que la gente aprenda a reparar cosas básicas. Creo que esta iniciativa podría ser un gran aporte y nos encantaría poder concretar eso pronto.