Enclavado en el corazón del sector conocido antiguamente como la Chimba, la Villa San Cristóbal, ex Túpac Amaru es un espacio urbano, amplio y digno, que fue ideado como un conjunto de viviendas sociales en la que la vida comunitaria es clave.

Son nuestros vecinos más cercanos, y en esta villa se conjugan varios factores que la transforman en un lugar muy particular, un barrio con una génesis poderosa, un conjunto habitacional que comienza a cimentarse a fines de la década de 60 y es finalizado en 1977.

La villa San Cristóbal está emplazada en 6,7 hectáreas que fueron propiedad del Ejército de Chile, la que era utilizada como polígono de tiro hasta que la Cormu (Corporación de Mejoramiento Urbano) operativa en aquellos años, solicitó a Bienes Nacionales este paño de tierras para edificar ahí un proyecto inmobiliario, que hoy, es una expresión emblemática del movimiento arquitectónico moderno.

Este proyecto que fue pionero, al igual que las villas Portales y Frei, consistía en que sus habitantes tuvieran una vivienda de mayor calidad, y en dónde los espacios comunes cobraran un rol fundamental que le permitieran a sus pobladores tener una mejor calidad de vida y hacer comunidad.

El paisaje era propicio y lo sigue siendo, ya que por el oriente colinda con el cerro San Cristóbal, mientras que por el poniente lo hace con el cerro Blanco. Este privilegiado entorno lo convierte en un verdadero oasis rodeado de naturaleza que sus vecinos han sabido valorar y aprovechar.

Con sentido de pertenencia

Foto @mariconcha138

Los alrededores de este barrio se han ido enriqueciendo con una amplia gama de comercio, colegios, jardines infantiles, iglesia y servicios de salud, son parte de la infraestructura que les ha permitido a sus habitantes no tener que desplazarse grandes distancias para acceder a servicios básicos, ideario de una mini ciudad autosustentable, un concepto arquitectónico tan anhelado, y tan poco logrado a lo largo de nuestro país.

La conservación y el apego que sienten las personas que viven en ella se palpan en todos los rincones de este proyecto habitacional que se edificó en tres etapas; departamentos dúplex, espaciosas pasarelas llenas de flores y plantas, una plaza muy bien preservada, que es el corazón del barrio, así como la multicancha y todos aquellos lugares en los que a diario comparten, han transformado a la Villa San Cristóbal, en una verdadera comunidad, en la que todos  aportan a las dinámicas que han forjado en ellos, un profundo sentimiento de pertenencia y arraigo.

A pesar, de que la ex Túpac Amaru, ha ido mutando en su población, con la llegada de nuevos habitantes e inmigrantes, la mayoría siguen siendo primeros propietarios o los hijos de éstos, lo que ha permitido la preservación de la mística de esta villa, que cuenta con una junta de vecinos y comités altamente proactivos, los que siempre están atentos a las necesidades y el bienestar de su gente.

Es en ese contexto, que como Blanco Recoleta hemos querido ser parte este barrio que nos acoge, participando activamente en las iniciativas en las que se nos ha requerido, ayudando a los vecinos a preservar este verdadero tesoro urbano.

Un barrio dinámico al cual pertenecemos, y del que hemos decidido ser parte desde nuestro espíritu innovador y aporte colaborativo a través de distintas acciones destinadas a mantener y preservar este verdadero patrimonio urbano.

PUBLICADO POR: ifblanco
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